El árbol tenía verdinegro porte, manojos de hojuelas,
infinitud de ramas, pájaros, reciedumbre y siglos.
Por reino, la mitad de un patio subido de sombras.
Los niños clavaban sus manos, ávidas de juegos,
sobre la vejez regia de la corteza
y él se dejaba empapar por la inocencia
de aquellas infancias momentáneas...
infinitud de ramas, pájaros, reciedumbre y siglos.
Por reino, la mitad de un patio subido de sombras.
Los niños clavaban sus manos, ávidas de juegos,
sobre la vejez regia de la corteza
y él se dejaba empapar por la inocencia
de aquellas infancias momentáneas...
©Trini Reina
Julio 2012
Obra de Maxfield Parrish
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.