24 de enero de 2018

Media la tarde...

Aunque la tarde viste el más azul de sus sombreros, sin pluma ni nube alguna, el frío señorea traspasando paredes y nostalgias.
El invierno acaricia a enero. En el reloj, media la tarde, y la  soledad arriba a mi templo.
El sol apenas calienta el entorno, y dentro de la casa, y más adentro, apenas es una fría estrella, con más gloria que impulso.

Sola, con un café humeante entre las manos, retrotraída a otro tiempo, a otra casa, a otra mesa, me dejo arrullar por el instante y, sin querer, o acaso deliberadamente, lo arropo de  pereza.

Una bandada de pájaros se enmarca en el único hueco de luz de la estancia: la ventana. Un rumor de niños encandila las afueras y  alguien, a su vez, grita llamando a alguien, el ruido rompe la escena y salgo del ensimismamiento que me cerca.

Vuelvo a la taza, al café, que ya templa, a plegar la tristeza en cuatro pliegues, tal como doblo la servilleta, y a paladear la miel del estar a solas, una tarde azul y fría de otro enero; otro que vuela…
©Trini Reina/enero 2018
Obra deKaren Offutt

20 de enero de 2018

A veces, una isla...

El vaivén de las piernas
contra el malecón,
campanas del fastidio.

El bullicio de los chiquillos en el patio
-¡qué ancho!-
compitiendo con la fiesta
de los jilgueros anidados en las moreras,
la fuentecilla, empapada de risas
y el sol, incisivo,
suspendido en el recreo,
volviéndolo tan largo...

Y la soledad, traspasando
aquella isla de sietes mayos,
que contaba los minutos
-para la conclusión-,
ajena a aquel océano diario,
meciendo su angustia
en el arrecife del malecón.
©Trini Reina/2010

Imagen tomada de la red

17 de enero de 2018

Y te nombro mio...

Desde el allá del horizonte,
colonizando laderas inconexas,
sobre estrellas ignoradas
y latitudes difusas,
ceñida en los pliegues de la aurora
a través de cauces y vísperas,
resucitando tactos e impulsos,
trémula de sol y aromas.

Me precipito desde la inocencia
hasta ti, abismo que me llamas.
Y tuya soy, promisoria.
Y tuya soy, desnudada.
Y vehemente resurjo
-agua exaltada-
en las olas de tus labios.

Y te nombro mío,
y en mis sentidos naufragas,
y a la deriva de la mano vamos,
hasta el deseo que nos emplaza
a su patria de savia y mareas,
a su incendio ayuno de llamas.
Donde, al fin, libertados
nos abrazamos
amanecidos de piel y alma.
©Trini Reina
10 de marzo 2009

14 de enero de 2018

Trasluz y frío

 Avanzas caminos fragosos
donde el sol reverbera y tiembla
como pájaro adormecido.

La prolija blandura de la nieve
es densidad y transparencia.
Azogue de trasluz y frío
que confunde
veredas y aflicciones.

Un silencio supremo perturba
la osadía de sembrar de astros
este cielo de tramas anodinas,
mientras desdeñas
la frigidez insana que te golpea.

Ovillada –sobre ti- aguardas
el templado giro que te libere
del exilio y su aguijada.
©Trini Reina/Enero de 2018
Pintura de Juhani Palmu

10 de enero de 2018

Vigilia

Alguien ,
sombra emblanquecida ,
con sigilo comparte mi vigilia
esta noche sin sueño ni dueño,
donde el frío compite con la luna
a ver quién hiela,
quién confunde más escenas.
La opresión, ignorada durante el día,
se deshila  y estalla en mis pulmones,
el gemido reverbera  pecho adentro
como un violín apresado.
La sombra y su blancura se desvanecen
al tiempo que el alba irrumpe,
 y tenue cae sobre mi párpados
que, al fin, se tienden.
©Trini Reina/enero 2018

8 de enero de 2018

Certeza eres

Solemne sombra silvestre,
sin seda,
arisca y con aristas.

 Lúbrica de inquina,
fascinadora impenitente.
 Púa en el alma clavada
 y escondida.
Ingrata con génesis
o sin materia.

 A solas,
 entre otros,
 sobre las risas,
a viva lágrima,
 aquí presente,
ahí lacerante,
allí a deshoras;
allá intempestiva.

Soledad,
certeza eres
 y al íntimo destierro me abocas.
©Trini Reina/Enero 2018
Obra de Jeremy Mann