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13 de abril de 2019

Avenate...


La garra de un velociraptor penetra
hurga y desgarra
(una y otra vez,
 una y otra vez)
la herida inconcreta de mi espalda.

©Trini Reina/abril de 2019
Pintura de Eduardo Argüelles

15 de julio de 2018

Feliz...



A veces, sin previo aviso, de repente, un aluvión de bienestar, una riada de gratitud a la vida, me colma el espíritu. Es una sensación tan extraña, tan hondamente jubilosa, que su furia me comprime el pecho, como si fuese un acordeón por una mano invisible acariciado.
A la garganta confluye una ola de dicha y muerdo mis labios para no gritar a los cuatro vientos la felicidad que me posee en ese instante esplendoroso, pues el mundo pensaría que, definitivamente, perdí la cordura. De los ojos escapan unas lágrimas, tan de goce que más parece la carcajada muda de los sentidos. Confieso que ese estado es tan íntimo e intenso como efímero. Mas, cuando a mi organismo lo inunda tal oleada, me queda en el cuerpo un regusto a gloria que suaviza mis músculos y nervios, que empapa de energía mis huesos y órganos, que arrulla a mi alma y la serenidad le confiere…

©Trini Reina/18/07/2007
Obra de Alexandra Nedzvetskaya

10 de junio de 2018

Pensando...



Los pensamientos vagan, excitando la añoranza por los gastados años o ensanchando aún más la gratitud por lo vivido. Silentes, golpean las sienes, desbordados. Enmarañados unos con otros nos llevan al pasado o atraen al presente y, a menudo, se interrogan, machaconamente, sobre el devenir.

Alguien requiere nuestra atención y nos sentimos liberados del caos de la mente. Entonces los pensamientos se retraen y, como fieras heridas, buscan su cubil, no sin antes, haciéndonos un guiño con ironía, certificarnos su retorno.

©Trini Reina/24/08/2008
Obra de Auguste Rodin

10 de marzo de 2018

Avenate XIV


Quizás, algún día, ellos lean mis poemas.
Ya me habré ido por los caracoles del aire...

Desdoblarán la profunda galería que, a versos, concibió mi alma, y noción tendrán del extraordinario universo que enfilé todos estos años, en que ellos llevaban las manos pobladas de errores, o rebosantes de complacencias.

Quizá yo, desde tan lejos como me traslade la muerte, los mire alguna tarde y con  amargura vea como aquellos sentimientos  impregnan sus ojos. Y puede que, con un pañuelo de nubes, sin que casi me perciban —tal cuando vivía— les enjugue las póstumas lágrimas.

Aunque más probable será que mis poemas languidezcan —de polvo y abandono— sobre la estantería, donde con elevado júbilo interior, los recopilé. O, que en un distanciar, para que no duela, acaben arrojados al contenedor azul de la avenida.


©Trini Reina/abril 2010

28 de junio de 2017

Avenate XX


Hay hechos extremadamente íntimos, como el nacer y el morir. Yo añadiría también la enfermedad... Solos e íntimamente nos enfrentamos a ellos; por muchas personas o parafernalia que nos acompañen, o lo parezca, a la hora de...
Solos. Solos hemos de encontrar coraje para nacer, para sanarnos, para morir.

Podríamos decir que, pensando así, más nos valdría no esperar nada de nadie; pero eso ya sería el colmo del vacío del vivir. Así que continuemos: en la alegría, la agonía, o el dolor, dando y dándonos ejemplo, y sigamos, íntegros, combatiendo contra el tesón de la soledad.

 ©Trini Reina
marzo de 2014
Mis fotos

20 de junio de 2017

Avenate XXIII


Conscientes somos de este vago paraíso deleble, de este paisaje sin nombre que transitamos. Pero, ¿qué nos importa, si somos los dueños del ahora?
Mañana, posiblemente, llegará el caos, la realidad descalza, el sepelio de algún sueño (no todos mueren juntos), la tremenda ausencia, en la piel, del deseo; la eternidad asomando tras el blasón de los iris…
Pero eso será mañana. Acaso, la espera será lustral.

¿Qué nos importa en este segundo su concreción si somos los dueños -siempre inseguros- del ahora?

©Trini Reina/junio 2017

19 de junio de 2017

Avenate XVI


Tener un espíritu de treinta años
(como mucho)
y unos huesos de setenta
(como poco)
crean un conflicto de intereses
del que sólo te defiende
una mente dialogante. 

©Trini Reina/junio 2012
Fotofrafía de Michal Mozolewski

11 de noviembre de 2016

Avenate XV


Hay un alarmante descenso de sonrisas, de cortesía, de amables gestos, de empatía, de simpatía, de cordialidad… de humanidad.
Últimamente vengo observando que la gente va por la calle a punto de ladrar (sin permiso de los perros).

Trini Reina
diciembre de 2011
Obra de Cassius Marcellus Coolidge

6 de agosto de 2016

Avenate XVII


No hacen falta papeles para amarse.
Ni siquiera palabras hacen falta.

Cierto que son buen complemento.
Hermoso complemento las palabras,
pero no esenciales.

Tampoco hacen falta papeles para odiarse.
Ni siquiera palabras hacen falta.

Porque, ¿a quién le apetece que,
 a dolor abierto,
le pronuncien alfileres a mansalva?

No hacen falta papeles para
 amarse/odiarse.
Ni siquiera palabras hacen falta.

©Trini Reina
Agosto 2012
Imagen de la red


12 de julio de 2016

Avenate XXII


Perforada espiga
yerma de brío y cal y plasma.
Vertebrada y columna y mía.

Avenates
©Trini Reina

4 de mayo de 2016

Avenate I


Creo que he perdido la inocencia.
Lo que antes juzgaba errores humanos;
perdonables o imperdonables,
ahora me parecen
cruda, oscura, dura;
pura maldad.

©Trini Reina
Avenates


19 de diciembre de 2015

Avenate XXI


De pereza a pereza voy
como abeja de flor en flor.
Ella liba polen y yo hastío.
Ella elabora miel y yo, cansancio.

©Trini Reina
Diciembre 2015
Pintura de J.Romero de Torres

11 de diciembre de 2015

Avenate XII


Hay otoños en que las hojas permanecen en los árboles,
sin comprender la inutilidad de su agonía.

©Trini Reina
Diciembre de 2009
Pintura de Eduard Cocuel 


28 de noviembre de 2015

Avenate XIX


¡Qué altos de fuste,
de atriles,
de perfiles, 
de famas
-de medio pelo-,
de egolatrías,
de biografías,
de chulerías!

¡Qué altos de lustre,
de avideces,
de dobleces,
de peanas
-sin basamento-,
de traiciones,
de presunciones,
de auto distinciones!

Altos.
Muy altos.
Inmersos en la espuma banal…
¡de la puta vanidad!


©Trini Reina
28 de noviembre de 2013
Pintura de Pablo Picasso

25 de marzo de 2011

Avenate

 


Imagen tomada de la red

En la solera del egoísmo
la soledad cultiva nidos, sin alas, con fronteras.

Sumergidos en esa odisea,
el hombre pierde horizonte
volviéndose abismo.

Abismo impenetrable para otros seres,
a él contrapuestos.

Seres alados.
Y, de ese vínculo,
venturosos insumisos…

©Trini Reina
Marzo 2011


7 de diciembre de 2009

Avenate XIII

 


¿Hay algo más laborioso,
que sostener la sonrisa en los labios
cuando, desde el alma hasta los poros,
todo el ser demanda llanto?

©Trini Reina
Noviembre 2009

14 de septiembre de 2009

Avenate X

 

Autora de la pintura: Isabel Navarro Verdú

“Me resigno y me siento casi alegre.
Casi tan alegre como quien se cansa de estar triste”
Alberto Caeiro


Me siento casi alegre, asida a la alegría, un peldaño sobre la tristeza. A salvo; pero tan cerca, que huelo su sombra.

No, no son las circunstancias ni los contornos, precisamente, los que me elevan en la escalera del entusiasmo, sino una fuerza íntima que me conforta y que no atino a dilucidar en qué inescrutable fontana se origina.

Este mantenerse un paso por delante de la melancolía es agotador, cuando se lidia de continuo contra algo inconcreto y veraz, que jala de mi falda, se enreda en los tobillos y, en ocasiones, se encabrita hasta morderme el talle, aunque nunca se atrevió a violentarme la sonrisa.

Reconozco que es curtido el espíritu, que alzada me mantiene. Y tenaz, y sólido (¿para qué mentiros?, patético sería que así lo hiciera). Nunca estuve tan baja en la tristeza como para que ésta me contagiase fatalmente. De ahí que, a la altura de mis ojos, raramente os mostraré un ángulo sin brillo.

Aunque hay días en que me resigno. Me resigno a estar casi triste.

©Trini Reina
Septiembre 2009