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5 de marzo de 2017

Tarde de domingo


Plácida se apaga la tarde
de un domingo salpicado
de nubes su costado,
de silencio su talante.

Un cansancio penetrante
al alma vuelve naufragio,
y su perfil, adversario,
del débil desfilar del aire.

El invierno adiamantado,
lentamente, desaparece.
Suspensos entre los arcos
los naranjos reverdecen.


©Trini Reina
Febrero 2010
Obra de Santiago Rusiñol

9 de agosto de 2016

4 de agosto de 2016

3 de agosto de 2016

22 de julio de 2016

2 de julio de 2016

Atardeceres...


Miro cómo al mar
se precipitaba la tarde,
y en una isla
que el sol siembra en el agua,
alguien enseña a una niña a nadar…

Los miro embelesada,
allí enfrente,
lejos,
mis pies varados en la arena,
rodeada de todos,
¡tan sola…!

Ellos ríen.
Sus voces entrecortadas llegan
por la prisa del aire,
cómplices,
jubilosas,
húmedas de sal y espuma.

Los miro
con una punta de envidia en el alma.
¡Qué cansada mi alma!
Más que los brazos,
que los huesos,
que los años;
más que este caparazón
que a duras penas me tolera.

Viéndolos tan risueños y ajenos
la palabra nunca me abre en canal…

©Trini Reina/julio 2011

28 de mayo de 2016

Hayku 46


Obra de Isaac Levitan
Nubes de lluvia.
La tarde es un pájaro
de prisa y viento.

Haykus
©Trini Reina



10 de marzo de 2016

Hayku 21

Obra de Santiago Rusiñol
Muere la tarde.
Germinan los cerezos
encandilados.

©Trini Reina
Abril 2010

29 de febrero de 2016

Ardía...


Parecía arder la tarde por las espigas,
la campiña constelada,
el lago y las estatuas.

Ardía.
Como tú en mis latidos,
crisoles,
paladar y enaguas.

©Trini Reina/2010
Obra de Guillaume Seignac

21 de febrero de 2016

Es un llanto de sol la tarde


Es un llanto de sol la tarde.

La tarde de un febrero alocado.
Alocado como los pájaros que huyen
de este yo que pasa
sin reparar en ellos ni en el aire.

Vagan mis pasos sin rumbo
por esta llanura innominable.
Las saetas del momento se alargan
ante las sombras que me baten.

¿Cuánto daría el alma mía
por confundirse con la tarde?
¡Quisiera despertar a los pájaros!
¡Que canten, que canten, que canten!

Pero de súbito llega la noche
con sus jirones azabaches.
Y mi soledad se engrandece.
Se engrandece y me arde.

Ya no habrá refugio ni pájaros
para este extinguirse infame. 

©Trini Reina
Febrero 2013
Obra de William Cahill

8 de enero de 2016

Enero y la tarde


Un viento arisco
atormenta las ramas
y los verdes del paisaje.

La lluvia amenaza
de charcos la tarde
engalanada de eneros.

Las seis van sumando
segundos y sombras
en el reloj del día:
implacable.

La soledad se despereza
-como sierpe-,
se enreda y truena,
y resuena
-tambor insolente-.

Por las islas intactas de este yo
que se anochece
y que ya, apenas,
vigor sustenta
para conmoverse.

©Trini Reina
Enero 2013
Pintura de  Carl Holsoe

15 de diciembre de 2015

A media tarde


Tras la media luz de los visillos
bosteza la tarde.
Dentro, en la penumbra vespertina,
azulean las esquinas,
los fríos rayos solares,
señal inequívoca
de la soberanía de diciembre.
Pasan las horas y dejan
un aroma a lluvia y resina
en el trapecio circunstancial
donde fluctúa mi alma.

©Trini Reina
Diciembre 2010
Pintura de Adolph Von Menzel



21 de noviembre de 2015

Mujer en un paisaje de noviembre


Los últimos pájaros
se adelantan a las sombras
y regresan a sus nidos.
Acorta la noche
los filos de la tarde
y enciende el pueblo
sus faroles amarillos.

La cumbre del otoño
tienta las esquinas
y el frío rinde las calles.
La soledad desdobla las cortinas,
y distante es la lumbre
que ilumina los cristales.

En la levedad de mi cuello,
la bufanda curva su cauce.
Tiritando va por las orillas,
-imprimiendo tibieza a la prisa-
 la pequeñez de mi paisaje.

La prisa por ampararme
de este noviembre voluble
que a horas se deshace.

©Trini Reina
Noviembre 2015 
Pintura de Andy Beck 

1 de noviembre de 2015