Mostrando entradas con la etiqueta Nocturnos. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Nocturnos. Mostrar todas las entradas

11 de diciembre de 2018

Cuando apago la luz



Cuando apago la luz,
a jirones me acosan
los instantes heridos del día.
Las sábanas
-blancas curvaturas de agua-
incapaces  son de adulzar el desvelo.

Acrecen delirios tras mis ojos
molinillos que vuelan,
huyen y convergen,
hasta que el ente torpe que soy
 se ovilla en ellos.

Descifrarlos, desnudarlos,
proveer de bálsamo,
extraer bondades de donde no germinan
se convierte en un galimatías dentro
de otro…
Contando constelaciones
me halla el alba.

©Trini Reina/diciembre 2018
De “La aridez de la tormenta”

17 de julio de 2018

Entelequia XXVII


Señoreada
de hados y sombras
eleva su tez la noche.

La noche obscura
que veneran
-alunadas-
las almas sin luna.

Despunta la noche
y se agranda
-sin ventura-
por las llanuras aviesas
de la locura.

©Trini Reina/noviembre 2013
Obra de Edvard Munch

7 de mayo de 2018

La noche...



La noche se desata
con bruno esplendor…

Mi alma no frecuenta sus estrellas,
ni el corazón palpita
ante el amarillo influjo de la luna,
aunque, en ocasiones,
le tiente perseverante su hermosura.

La noche se desata
con bruno esplendor…

Mis pasos se demoran
en las calles noctámbulas.
Y el espíritu, afligido,
galantea con la negrura
en un diálogo silencioso.

Hoy, disidente, te beso,
Te beso a pesar del celaje que me ciñe.
Mi ser empatiza con el tuyo
y sigo el gélido marchar de tus horas.
La brisa sonámbula te recorre
y al unísono la respiramos.

Porque hoy tú, noche,
has conseguido…
penetrarme hasta los huesos.

 ©Trini Reina/2008

30 de noviembre de 2017

Pequeñez 73


La noche enjuga duelos en mi corazón.
Él, que aguarda albas
como tierra que ansía el beso
 del agua primaria
tras la sed que le instauró
el más cruel de los veranos.

©Trini Reina/noviembre2017

15 de agosto de 2017

Mísera de estrellas


Mísera de estrellas,
esta noche potente
que a su guarida
me arrastra.
En el firmamento del alma
no hay voluntad que,
a fuerza de albores,
evite mi caída.
Y desciendo
a ese abismo donde,
soberana,
se dilata la tristeza.

©Trini Reina/Enero 2009
Obra de Francis Bacon 

30 de julio de 2017

Pase la noche...


Se acerca la noche
con sus broches esqueléticos.
En la almohada
se baten audacia y miedo,
y la cama devora un día más
de los que te dieron.

Esta rapidez
de las horas que gastas,
el ir y venir, que se sucede,
el dónde, el hasta cuándo,
el cómo te cazará
esta noche que rechazas…

Y restas.
Cada noche es una resta.
Mientras sumas por el alba,
mientras cierras diques al consciente,
mientras acabas
-como siempre-
por confiarte al sueño…

El sueño:
Esa mentira que te suele cobijar.

©Trini Reina/2011

29 de julio de 2017

Eterna noche


Eterna noche
de fantasmagóricas lunas
y estrellas ciegas.
Exaltadas pesadillas
brotando del abismo
donde el día las arroja.
Los sueños huyen de la almohada
y reptan por los pliegues del embozo
buscando libertad
en la aurora prometida.

©Trini Reina/2008
Obra de Isabel Navarro Verdú

17 de mayo de 2017

Nocturno VI


La noche se desentiende
 del viento que la hostiga,
desnudando su arrogancia.

Y continua con su pasar pausado
e irremediable,
sabedora de que llegará la aurora,
y el viento amainará su desafío.

©Trini Reina/mayo 2017

5 de febrero de 2017

Nocturno V


A la izquierda de la almohada
reposa sus cabellos un hada trashumante
que susurra a mi oído paz, poemas y alquimia.

En el borde opuesto,
un ángel pinturero ubica sus huesos
e impone a mi sentido labores, grilletes y entereza.

Y, en el centro,
yo entre las sábanas tolero,
alunada, el absurdo alboroto,
la pugna insensata,
la palabrería.

Y, declarándome
soberana de mi desvelo,
obvio la disyuntiva,
insto a la oscuridad,
exhorto al silencio…

Y me dejo poseer
-rendida razón y cuerpo-
por las celestes virtudes de Morfeo.

©Trini Reina/Febrero de 2017
Pintura de William Orxen

26 de enero de 2017

Ola quieta...


Ola quieta la playa de su cuerpo.

Sobre la blanca arena de las sábanas,
las medusas del insomnio rivalizan
con las crestas de la madrugada.

De sien a sien
un banco de peces alocados
ejecutan una danza entenebrada
entre algas negriverdes.

En su costado
una isla cárdena aletea
a media bruma
y un odre de sal naufraga
en el delta de sus ojos.

Se encabritan los bordes de la noche.
La luna alinea sus acentos
sobre la ventana.
El sueño en su cólera incendia
los párpados de desvarío.

Abrazado a las mareas irreales
es una ola quieta
la playa de su cuerpo.

©Trini Reina/mayo de 2013
Obra de Katya Gridneva

9 de enero de 2017

Madrugadas


Tras los muros
se eterniza el jardín en su abandono.

Apagadas las luces del insomnio
recorres la senda anaranjada
que te retorna al vértigo.
El viento es la música de fondo
que te hostiga.
Una diadema de escarcha se precipita
sobre los nidos desmantelados.
En cada rama se astilla
el cadáver de la inocencia.
Más allá de la madrugada
el otoño de los siglos parece iluminarte.

Gotas de acero se suicidan en tus pupilas.

©Trini Reina/9 de enero 2012
Pintura de Isabel Navarro Verdú

16 de diciembre de 2016

Nocturno IV


Convoco a la noche
a su negror arrebatado
a sus fugaces paradojas
al frío de sus embozos
a su rejón atemperado
al albedrío de sus tinieblas
a los búhos que la pueblan
al lobo de sus ojos
a la carnalidad que inspira
al ámbito que la constriñe
a su pálpito temerario...

Yo convoco a la noche.
La noche capaz de oxigenar
el asma de los días.

©Trini Reina/diciembre 2016
Pintura de Vicent van Gogh

24 de agosto de 2016

Nocturno III


Cerrar las ventanas al ruido de la calle,
retirar las frazadas que aguardan el peso del cansancio,
extender los centímetros del esqueleto maltratado,
cubrirse hasta el embozo.

Y rogar
que la noche despeje sus lienzos,
que ignore las galerías
inacabables del duermevela,
que vuele, ave sin reposo, hasta posarse
en la cumbre violeta del alba.

Abrir los ojos
y que el silencio único del intervalo susurre
que se esfumó la catedral de sombras
y sus fantasmas libertados.
Que ya germina la aurora,
la luz curativa,
el privilegio sin cábalas del día.


©Trini Reina/junio 2016
Obra de Bertin Roland 

5 de julio de 2016

Nocturno II


Crece la noche y su negrura
a brotes breves.
Noche caracol y torva,
que concede anchura a la vigilia,
que socava los fosos de la memoria,
que macula al alma de soledumbre,
que grita ebria de misiones y obsesiones.

Impío, el reloj
se suma al fragor de la batida
en esta noche lenta y renegrida.
A las tres es más sonoro el estrépito,
a las cinco es intolerable su insolencia.

Suspiro, imploro, expiro por la amanecida.
Por su plata que jaspea,
por los malvas que asombran,
por sus cobrizos seductores.

¡Que toque la luz en mi ventana!
Y guíe al insomnio hasta su cueva,
y espante los sepias que reavivo,
y otorgue armonía
a mis sienes abatidas.

Que estas sábanas que me condenan,
al alba,
libres de mí sed se vean.

©Trini Reina/junio 2016
Obra de Mary Jane Ansell