Alguien,
sombra emblanquecida,
con sigilo comparte mi vigilia
esta noche sin sueño ni dueño,
donde el frío compite con la luna
a ver quién hiela,
quién confunde más escenas.
La opresión, ignorada durante el día,
se deshila y
estalla en mis pulmones,
el gemido reverbera pecho adentro
como un violín apresado.
La sombra y su blancura se desvanecen
al tiempo que el alba irrumpe,
y tenue cae sobre
mis párpados
que, al fin, se tienden.
©Trini Reina/enero 2018
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