Imagen de la red
Alucinado
niega la evidente falsedad de su existencia.
Desnudo en el delirio
no da nombre a la congoja,
ni crédito al núcleo que zarandea sus perfiles.
Si no da libertad a la verdad
para que rompa las escotillas de su reino,
el agua confundida que lo abarca
desgajará el cordel que lo aísla del desorden.
Puja la oscuridad
por adueñarse de un territorio
fraguado a occidente de la osadía.
Y, ahí continúa,
alucinado,
entonando romanzas a la mentira.
©Trini Reina
Enero 2010
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