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2 de abril de 2018

Entelequia XXIV

Los lienzos de la derrota
-negras ondas a contraviento-
espantan al ser que deviene
desde un círculo perfecto
y descubre tempestades,
ajeno, confundido, sin concierto.

Todo el espíritu fragmentado
en un porvenir insurrecto.

©Trini Reina
abril 2012

20 de julio de 2017

Viviendo


Vaga el alma
por los caminos interiores de mi vida,
que, gastada, exprime su energía.

Vaga el alma,
no exenta de alegría,
descubriendo en la madurez paisajes
que a los veinte años ni soñaría.

Y aunque el cuerpo amenace ruina,
herido por la edad y las sorpresas enlutadas
(que nos embisten tras las esquinas),
ríe el alma;
ríe y vibra,
deleitándose en su armónico deambular
por los intrínsecos senderos
de mi vívida y vivida vida.

©Trini Reina/junio de 2008

7 de noviembre de 2016

Alma al relente


Con el alma
al relente
y el corazón conciliando
las jerarquías del recelo.

Así vaga,
ondulante
cual balandro alucinado,
en el porfiado mar
de los amores nuevos.

Ella,
silueta de agua,
sexo de espuma.
Pleamar que anhela
inaugurar orillas.
Ella,
rebelión hilvanada,
a un beso de desatarse.

©Trini Reina
Noviembre 2011
Obra de Tamara Lempicka

13 de diciembre de 2015

Libre iré...


Libre iré
hacia la paz que te delata.
Por los perfiles del aire,
con el alma desnudada.

El sur será la directriz que siga;
en la lejanía, tu voz, mi faro.
Y tu piel el refugio
que mi cuerpo conjura
para vestirse.

©Trini Reina
Diciembre 2010


Pintura de Graham Gerken

14 de abril de 2009

Habló el alma

Autora de la pintura: Isabel Navarro Verdú

Dijo el alma que estaba agotada, que ni fuerzas para querer tenía. Que por andar tanto tiempo metida en infructuosas pasiones, había quedado en un estado deplorable, y hasta la sangre que la alimentaba se había tornado cuajada y oscura.

Dijo el alma que no pariría más versos. Que no impulsaría hacia la mente más ráfagas de rimas. Que no viajarían por sus raíles más palabras de concordia. Ni emitiría esos rápidos telegramas, que salían de su esencia, cargados de poemas.

Dijo el alma que, como tal alma que era, se merecía un inyectable intravenoso de sosiego, varías dosis de jarabe de calma, y alguna ramita de olivo, paradigma de la paz, aunque fuese triturada y en grageas.

Dijo el alma que no se cansó de amar; sino de ser mal amada. Que no renunció a cantar, pero se hastió de que su canora voz, en favor de los gritos, fuese ignorada. Dijo el alma que, por sus poros, se infiltró la melancolía, como espuma emponzoñada.

Y le contestó la mente que también ella estaba fastidiada. Harta de sobrellevar la alianza con la cordura, grabada a cincel y espada.

Y ahí están las insurrectas: alma y mente hermanadas. Las dos, de la mano, se han ido esta noche de parranda, cediendo el mando al corazón que bosteza en su caja solitaria. Y aquí queda el cuerpo, con la mente zanganeando y el alma cerrada, y con la esperanza de estabilizar el seísmo que sacude desde su núcleo a su sombra, desde su andares a su mirada…

©Trini Reina
5 de agosto de 2006