Se
rinde el paisaje
a
la monotonía del estío.
Amarillean
las hojas de polvo,
que
no de otoño.
La
boca del verano agosta
las
flores del jardincillo
que
pierden matiz y lozanía.
El
sol acuchilla la tierra
devastada
de arideces
y
la calima achicharra
pupilas
y siembra.
El
viento traspasa y quema
y
la solana parece eterna.
Los
reptiles campan al sol
y
zigzaguean
turbando
al silencio.
Huyen
los pájaros.
Claman
agua sus alas
y
hacia ella emigran.
Las
estrellas asomarán
al
último gong de campana.
La
cal solloza
lágrimas
blancas.
©Trini
Reina
De”
La aridez de la tormenta”
Verano
de 2018
Pintura de Sally
Rosenbaum
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