Imagen de Peter H en Pixabay
Cerradas gimen las puertas del recuerdo.
Mi corazón, férreo carcelero,
para salvaguardarse,
al abismo arrojó las llaves.
Y allí, en la oscuridad yacen,
frígido metal hiriente.
Sólo la añoranza,
águila intransigente,
afinando sus garras
se atreverá a ir en pos de ellas.
A riesgo de, en la travesía extrema,
perder para siempre
el orgullo de sus alas.
©Trini Reina
20/02/2008