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14 de agosto de 2025

Entelequia

Imagen de Peter H en Pixabay

Cerradas gimen las puertas del recuerdo.
Mi corazón, férreo carcelero,
para salvaguardarse,
al abismo arrojó las llaves.

Y allí, en la oscuridad yacen,
frígido metal hiriente.
Sólo la añoranza,
águila intransigente,
afinando sus garras
se atreverá a ir en pos de ellas.
A riesgo de, en la travesía extrema,
perder para siempre
el orgullo de sus alas.

©Trini Reina
20/02/2008

29 de julio de 2025

Lentamente

Obra de Adela Casado Cano

Lentamente, porque así las mataste, en mis labios murieron las ansias de besarte. Luego, perdieron sus alas las caricias, al no tener piel donde posarse y, lánguidamente, como rosas sin tallo, a los pies de un impío sol abandonadas, se fueron marchitando en mis manos.

Dormidas se quedaron las risas que para ti despertaban en mi boca y el fulgor iluso que antaño pintabas en mis ojos, como un astro efímero, se fue deslustrando.

Porque tú la mataste, en mí, acabó muriendo la cegada confianza que enarbolé cual bandera durante todas las auroras que te creí a mi lado. El desencanto me arrancó, de un tirón, el bruno velo de ese sueño; y con templanza asimilé que todo aquel idilio fue una gran mentira.

Porque tú la mataste, murió aquella complicidad que ante mí te agrandaba y que tantas aflicciones atemperó en su día. Y la ternura, que de la fontana de mi pecho hacia ti fluía, acabó por agostarse.

Y un día, no sin asombro, descubrí que sobre la hoguera donde creí perenne el deseo, una fina y tenaz nevada se abatía y, con parsimonia, terminó apagando la exaltada pasión que por ti sentía y que mi corazón, en su candor, creyó sempiterna...

©Trini Reina/2008

23 de julio de 2025

Epílogo

 

Una a una rompí, ensañándome acaso,
las hojas ligeramente sepias de aquella finada fábula.
Ante mí quedaron trizas inanimadas,
como pétalos arrancados a una rosa marfileña:
Aquel beso morosamente delineado,
con el lirio de mis labios y el ímpetu de tu boca;
aquellas caricias fieramente fugitivas,
el deseo desarbolado, la ternura inquieta;
asoleadas tardes que se escapaban de la piel,
pese a nuestro afán de eternizarlas;
eternas noches extrañándonos;
auroras tornasoladas,
días huecos de no encontrarnos o pletóricos,
en que el amor nos encadenaba con su seda.

Luego llegó el terrible epílogo y, de su mano,
el fragante olvido.
No hubo lágrimas durante la incruenta inmolación;
se habían agotado en la extraña travesía.

Una sonrisa demorada fue ese día mi compañera.

©Trini Reina
11/12/2008

21 de julio de 2025

En principio

En principio fue tu corazón el que, voluntariamente, se arrojó al abismo de la ausencia. Y luego, a dolor lento, he ido perdiendo todo de ti.

Los fugaces amagos de pasión que, por error, me brindaste se tornaron nebulosos y tu imagen se volvió sepia para anular, en mi retentiva, cualquier aire de tu rostro.

Las letras se desarticularon hasta perder sentido y desvanecerse de tus amarillentas cartas. Las promesas se licuaron, como fugitiva nieve al sol, y enmohecida, al fin, agonizó la esperanza.

No me queda nada de ti. Ya se ahogó tu mirada en el agua de mi espejo y el tiempo apagó la pálida luz de tu risa; inclusive el recuerdo, que como oro protegí, en ese lugar de mi alma a tu amor reservado, se ha convertido en plomo o, al menos, tan poco vale; y como tal pesa.

©Trini Reina
26/05/2008

18 de julio de 2025

Penélope

Obra de John William Godward
Cuando besaba
-hace tanto tiempo de esto-,
besaba con toda la boca
y en ocasiones,
por los labios, el corazón
y hasta el alma se le escapaban sin freno.

Sus pasos son breves, seguros, ligeros…
Y la música depende de los zapatos
con que acaricia el suelo:
bajos, brisas y espumas;
altos, retintines cascabeleros,
y el talle cimbreante,
como juncos al viento.

Nunca sonríe a medias.
Clara es su risa,
a borbotones,
con el rostro en pleno.
A menudo lo hace
y pareciera exhortar al universo,
como las campanillas alborozadas
de la espadaña del cielo.

Si en sus ojos divisas una lágrima,
diez, o un ciento, preocuparte no debes,
que son consecuencias del gozo
que está sintiendo.

Y Penélope huele…
a jazmines o a cerezos,
a hembra con los pies en la tierra,
a sensible mujer asida a sus sueños,
a pasión por la vida,
a claveles,
a indómito brezo…
A eso, a eso huele su cuerpo entero.

©Trini Reina
04/11/2007

14 de julio de 2025

Días

Autor de la fotografía: Goathemala

Días de vergeles o abismos.
De acerbas lágrimas o asoleadas risas.
Días de laureles o vino amargo;
visibles o invisibles días.

Días amables que se eternizan,
y marcados a fuego permanecen
en el riguroso pergamino de la vida.
Días que a la melancolía se adhieren
y anhelas incinerarlos en la memoria,
con tesón y cal viva;
pero hasta las cenizas duelen
y el olvido te esquiva.

Días de inútiles silencios,
de canoros pájaros,
de palabras suspendidas.
Días austeros incluso en sus grises.
Índigos y rumbosos días.

Días sublimes hasta el pecado,
o subrayados de insidias.
Días de soledad y cipreses.
De auroras y siemprevivas.
Días sonorosos, cual fragor de olas.
Días mortecinos que hieren las horas en su agonía.

Hay días en que el alma,
a medio latido,
suspira, suspira, suspira...

©Trini Reina
De los poemarios"A medio latido del alma" y "Azules atardeceres de la memoria"

13 de julio de 2025

Dunas

Imagen de la red
Clavó los pies en la cumbre de una duna, obnubilada por la sinuosidad que aparentaba, mas el viento sopló inmisericorde, hasta dejarla suspendida en el vacío. Se sintió caer e intentó asirse; abrió las manos y sus palmas se estrellaron contra el aire.


Su boca buscó, para su espíritu maltrecho, la salud de un beso, pero sus labios se posaron en la nada. Adelantó el cuerpo, suplicando aquella caricia que la sustrajera del vértigo, mas ésta la esquivó, dejándola abandonada cual pájaro herido.

Entonces gritó en su desespero, mientras buscaba la quietud en el torbellino, y a lo lejos le respondió un eco, que parecía emanar del alma. A ciegas persiguió el espectral sonido y un sexto sentido la conminó a desviarse de las fronteras del abismo.

De algún lugar que no adivina, acertó la estrategia que la llevó a reconquistar la confianza. Giró sobre sí misma y, sintiéndose a salvo, abrió los ojos a la vida y los posó en un horizonte promisorio, perfilado de violeta.

Y el sol, que rompiendo tinieblas se elevaba, le ofrendó su áurea sonrisa de amanecida.

©Trini Reina
12/11/2007
Del poemario "A medio latido del alma"

11 de julio de 2025

Distancias

 
Imagen de la red

Entre mis sueños apareces
dejándome herido en plena noche,
cuando la luna,
martirio de mis madrugadas,
su palidez ostenta.
O, al alba,
que exalta mis esperanzas,
para arrancármelas a traición
en el crepúsculo.

Mas, aunque atravieses desiertos
que te tornen imposible al favor de mis brazos,
aunque cruces océanos infinitos
que te arriben a puertos vedados a cualquier hombre,
así te alejes hasta lo inalcanzable,
así en tu hégira, con los dedos adules al horizonte,
jamás conseguirás eludir mi presencia.

Porque yo,
que renuncié al afán de esquivar la tuya,
ya constituyo parte de tu existencia
y los recuerdos, para los que no existen distancias,
en nosotros se inmortalizan.

©Trini Reina
30/11/2007
Del Poemario "A medio latido del alma"

10 de julio de 2025

Acuarelas

Imagen de la red
Nada ha cambiado, descubro en mi retorno…

En el paisaje que una vez compartimos, los días se perpetúan en este lene matiz de otoño; el río, la casa, la arboleda exuberante que hiere al contrastar con el jardín sombrío y eternizado en mi memoria. El banco donde te esperé aquella remota tarde de lozanas alegrías, cuando el crepúsculo y hasta el aire conspiraron para entretejer nuestros destinos.

Luego, lejos de aquí, vendrían los acerbos días y aquellas noches que no merecían el alba. Y si alguna vez lo alcanzaban, el cielo se negaba a despojarse de su túnica de nubes.

Nada ha cambiado en las afueras de mí, pero engañarte no puedo. Sabes que, despojado de ti, en mi corazón reina el vacío y, mi alma, profanada de soledad en su seno se conmueve.

Regresé a casa sin ti, para de ti redimirme en el santuario que un día venturosos habitamos, y a pesar de que tan siquiera una flor ha modificado la acuarela, la expiración de aquel amor, aquí, multiplica en mi pecho la agonía.

©Trini Reina
07/09/2007
Del Poemario "A medio latido del alma"

29 de junio de 2025

Dónde

Imagen de la red

¿Dónde fue a morir la ilusión, alimento de esta alma ilusa?
Aquí marchita de tristeza y hambre, con su letanía me conmueve.

No hay música que despierte, de su tumba o su letargo,
a esa ilusión que antaño de juventud tejida,
a este espíritu árido y gris de hoy de sueños proveía
y que, en su alegría, al cuerpo que ahora, más que portarlo, padece,
en perpetuos arco iris ceñía.

¿Dónde fue a morir la ilusión, otrora fontana, del alma mía...?

®Trini Reina
02/01/2008
 

15 de julio de 2018

Feliz...



A veces, sin previo aviso, de repente, un aluvión de bienestar, una riada de gratitud a la vida, me colma el espíritu. Es una sensación tan extraña, tan hondamente jubilosa, que su furia me comprime el pecho, como si fuese un acordeón por una mano invisible acariciado.
A la garganta confluye una ola de dicha y muerdo mis labios para no gritar a los cuatro vientos la felicidad que me posee en ese instante esplendoroso, pues el mundo pensaría que, definitivamente, perdí la cordura. De los ojos escapan unas lágrimas, tan de goce que más parece la carcajada muda de los sentidos. Confieso que ese estado es tan íntimo e intenso como efímero. Mas, cuando a mi organismo lo inunda tal oleada, me queda en el cuerpo un regusto a gloria que suaviza mis músculos y nervios, que empapa de energía mis huesos y órganos, que arrulla a mi alma y la serenidad le confiere…

©Trini Reina/18/07/2007
Obra de Alexandra Nedzvetskaya

10 de julio de 2018

Días de sol...


¿Dónde fueron a morir los días de sol,
aquellos días felices como estrellas?;
la casa, que hería con su blancura,
las puertas, eternamente abiertas,
por donde la dicha, entrando y saliendo,
tintinaba sus campanillas.

¿Dónde fueron a morir aquellos días jóvenes y azules?
¿Dónde giran pulverizados?
Días, perpetuamente albas,
mañanas de árboles desnudos, vestidos de pájaros,
tardes de tremolantes rosas,
irradiando su fragancia
en los jardines sembrados de niños alegres,
con sus sonrisas de cometas.

Reminiscencias tibias de unos días
en que la sal de las lágrimas jamás tocaba al corazón. 
Hermosos días de espontáneas risas, blancas y dulces.

¿Dónde fueron a morir aquellos días dobles de sol?
¿Por qué ahora las nubes maculan 
tan frecuentemente el horizonte?

®Trini Reina
06/12/2007
Obra de Alexey Slusar

7 de abril de 2018

Abril...


Trae abril aguas de recuerdo.

Amaneceres azules con blancos lunares.
Crepúsculos que se alargaban hasta elevar las lágrimas. Gaviotas que explayaban su libertad ante nuestros ojos, logrando que anhelásemos, como nunca, la alegre insurrección de unas alas.

Regresa abril perturbando mis sentidos, al dolor adormilados. Trae aromas de mar, murmullos de apacibles olas, suspiros de brisa jugando entre arenas y mareas… Retratos en sepia, que se despliegan en la memoria, soliviantando la paz de las pupilas.

Nace y muere abril. Inicia y cancela hojas en el calendario, mientras una página perdura indeleble en su inmarcesible transitar.
Reminiscencias de aquel abril, sobrado de lunas,
que dolorosamente contrasta con éste,
tan corto de estrellas.

- Va y viene abril -
©Trini Reina/23 de abril de 2008

15 de diciembre de 2017

Adentros...


Del sino del viento prisionero,
con grilletes de espuma encadenado,
huyendo a desgana de los cantos de sirenas,
este Ulises, al que ya ni Penélope espera,
abdica de arribar a su Ítaca.

Hastiado de avizorar el ocaso,
por si de un postrero rayo
viniera colgada la esperanza,
al oeste del averno se sienta,
anhelando que, desde la otra orilla,
a rescatarlo de ese vivir sin vida,
acuda el barquero de la Parca. 

®Trini Reina
14 de mayo de 2008

20 de junio de 2017

Pasaje a la nada


Aquí te espero, Lázaro,
rescátame de esta contrarresurrección,
de este deambular sin raciocinio
por el inhóspito páramo de la nada.

Sabedor de que las estrellas no acudirán a su cita
con la noche,
y lidiando a ciegas frente a las sombras.

Si yerro,
falto de luz soy,
caeré sin indulgencia hacia el vacío,
por mucho que este desgastado cuerpo sin sangre
ambicione soslayar la caída.

Aquí te espero, Lázaro,
rescátame de esta contrarresurrección.

®Trini Reina/10 de marzo de 2008
Obra de Ivailo Petrov

13 de noviembre de 2009

¿Te acuerdas?

 

Imagen de la red
¿Te acuerdas?

Vencimos a la soledad,
adalid de nuestro universo,
pintamos de estrellas las paredes
y sembramos de pájaros el cielo.

Unidos,
derrotamos al invierno,
con soles de risas
y caricias de fuego.
La primavera se adelantó,
era diciembre
y florecieron los cerezos.
La nieve se volvió azahar
y nos ciñó con guirnalda de pétalos.

Arrinconamos prejuicios,
nos sedujimos sin complejos,
resurgimos de mutuas cenizas,
conferimos música a los silencios.
Y a la par deshojamos
la cárdena rosa de los secretos.

Y fuimos corazones afinados,
almas emergiendo de un sueño,
que acabaron desatándose
de las cadenas de ese infierno;
donde por separado sobrevivimos
hasta aquel suspirado encuentro.

¿Te acuerdas?
Ven,
volvamos a querernos.

© Trini Reina
30 de abril 2008

23 de abril de 2009

Nace la noche

Imagen de la red
Nace la noche.
Y el recuerdo mutilado
despierta bajo las sábanas, inmisericorde.
El corazón,
iluso quijote,
salmodia una plegaria
sin voz ni nombre
que en el alma se origina,
desatinada y monocorde.

Entre los pliegues de la memoria,
un llanto de amor se esconde,
aguardando que la aurora
bálsamo le done.

Ya amanece.
En el horizonte explosiona un nuevo día.
Estrena alas la esperanza,
y se viste de espuma la alegría.

©Trini Reina
08/06/2008

22 de abril de 2009

Pensamientos rotos

Autora de la pintura: Isabel Navarro Verdú

No sé qué fue primero:
la voz o el espíritu, quién dejó de cantar.
La música, intermitente, llegaba al alma,
más allí moría y era devuelta al silencio.

Mejor no cavilar y cruzar quedamente el tedioso mar
en que, a veces, se convierte la vida;
ralentizar la sangre,
cortar el suministro al ímpetu de las pasiones,
reír someramente,
prohibirse el alivio de las lágrimas
que deja desnudos los sentimientos
en el centro de una ensanchada soledad,
menospreciar recuerdos y nostalgia con sus agonías,
no conceder margen de análisis a la razón;
persuadirla de que no abra los diques al realismo;
desoír la llamada del espíritu
que reclama el regreso del Ser a su ser.

No meditar:
atravesar sigilosamente el desierto del verismo,
intentando no morir en la sed que da el hastío;
ahogar a los sueños mientras duermen, así no sufran; ironizar con la fantasía hasta exterminarla;
quitarle las bridas al tiempo y exhortarlo
a que vuele hasta vislumbrar el tétrico colofón;
transitar anestesiados bajo esa aurora
perennemente violeta;
abandonar al amor tras las tinieblas.

Y, lentamente,
dejar que el alma se convierta en piedra.
Impávida piedra inmune al dolor.

©Trini Reina
14/01/2008

21 de abril de 2009


Tú, que sustraes tristeza a mis ojos y amargura a mi sonrisa. Tú, por quien el alma abandonó su frío
y, a la lumbre de la tuya, asistió a su deshielo. Tú, que llegas e incendias el cielo de argentinos astros y lunas ambarinas. Tú, que despiertas mis caricias dormidas
y, al sol de tus besos, arrebatas mi piel de deseo.

A ti que te amo, decirte quiero que mi corazón en ti halló, tras el naufragio, puerto. Esa dársena donde mi alma se guarece de congojas y ajados recuerdos. Pues tan sólo tú posees la virtud de cultivar la rosa jubilosa que me aureola
y renovar el sortilegio que dota de dulzura a mis palabras y de fulgores a mis silencios.

©Trini Reina
08/11/2007

20 de abril de 2009

Abriendo rejas

Por miedo al golpe de las horas tristes,
a los sueños, puse rejas.
De tarde en tarde les abro el cerrojo
y redimidos a mi sensatez se enfrentan.
Parecen aves que arribaran a tierra cálida,
tras una migración extrema.

Más, el recelo,
ese chacal que en la sombra acecha,
hace que acorte la brida a la fantasía
y no me regocije lo asaz en ella.

Hoy me ha dicho mi alma enlutada
que la vida no contempla ese fusilamiento de sueños,
al que mi sentido la condena.
Así que en adelante,
en el crisol de la realidad,
fundiré esas aciagas verjas,
que restringe la libertad a mis sueños
y la ilusión, ineludible para el feliz vivir, me abrevia.

©Trini Reina
12/12/2007