La risa, la piel, la alzada, a fuerza de mayos, han ido abreviando de volumen, de lustre, de vértebras...
No, no se parece hoy, este cuerpo frágil que me soporta, a aquel airoso de ayer, que me encumbraba. Y, aún así, la voluntad sigue siendo la misma que portaba ese ser de antaño -que tanta premura para nacer tuvo- Y, con afán, se empeña en germinar a diario, en mitad de esta ruina.
©Trini Reina
Noviembre 2010
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