4 de julio de 2016

De lo cotidiano (El caballo)

De alta alzada y un pronunciado blanco sucio. Sucio como el secarral donde pasta a pleno sol de julio, mi mirada se posa (al pasar en auto) sobre la figura de un caballo.

Algunos hombres lo llaman bestia.

Un pequeño balde de caucho y negro contiene el agua que, a estas horas, sobrepasado el mediodía, debe de estar a punto de sopa.
Atadas las patas delanteras a la altura de los cascos, sin sombra que amaine el fuego solar que sobre sus crines cae, pena los días de calor y verano.  Y...  ¡es tan hermoso, a pesar de la intemperie a que le obligan…!
¡Es tan hermoso!

Sin conocerlo, reniego de la inhumana humanidad de su amo. 

©Trini Reina/Julio 2016
Imagen de la Red


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