14 de septiembre de 2018

La merienda...


Sentada en el banco de la plazuela, la mujer, cabeza gacha, trastea el móvil. A su lado, un crío de cuatro años balancea las piernas en un sin parar, mientras mastica pan con chocolate. Un perrillo sin raza ni alzada se acerca a ellos buscando juego, pero ninguno de los dos lo presiente. Las piernas del niño se aceleran como dos aspas. Y su mandíbula no deja para luego la merienda, pero los ojos, hambrientos permanecen incrustados en la figura indiferente de su padre que, ciñendo la cintura de otra mujer, con indiferencia cruza la plaza.

© Trini Reina
diciembre 2012

 

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