Autora de la pintura: Isabel Navarro Verdú
“Me resigno y me siento casi alegre.
Casi tan alegre como quien se cansa de estar triste”
Alberto Caeiro
Me siento casi alegre, asida a la alegría, un peldaño sobre la tristeza. A salvo; pero tan cerca, que huelo su sombra.
No, no son las circunstancias ni los contornos, precisamente, los que me elevan en la escalera del entusiasmo, sino una fuerza íntima que me conforta y que no atino a dilucidar en qué inescrutable fontana se origina.
Este mantenerse un paso por delante de la melancolía es agotador, cuando se lidia de continuo contra algo inconcreto y veraz, que jala de mi falda, se enreda en los tobillos y, en ocasiones, se encabrita hasta morderme el talle, aunque nunca se atrevió a violentarme la sonrisa.
Reconozco que es curtido el espíritu, que alzada me mantiene. Y tenaz, y sólido (¿para qué mentiros?, patético sería que así lo hiciera). Nunca estuve tan baja en la tristeza como para que ésta me contagiase fatalmente. De ahí que, a la altura de mis ojos, raramente os mostraré un ángulo sin brillo.
Aunque hay días en que me resigno. Me resigno a estar casi triste.
©Trini Reina
Septiembre 2009
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