Anida la espuma en el regazo.
Y, como guante,
ciñen las algas su garganta.
En el semblante,
presagios de nácar.
La vida,
envión a envión de olas,
zarandea aquellos huesos,
vasallos del naufragio
anticipado
donde el individuo,
abatido
a su sino se abandona.
©Trini Reina
Diciembre 2010
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