Perdido, nulo, desértico; de pérfidos soles y noches ingratas; a duras penas subsistido.
Un año a dolor extremo, in crescendo. Umbroso como el más oscuro de los insomnios, torturante, feroz, invertido.
De aquellos días indomables aprendí, con fibra y cordura,
a saborear las estaciones que lo sobrevivieron.
Y de aquel vacío surgió este todo; de aquel destierro, este contento.
©Trini Reina
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