Es tiempo de máscaras,
de vagar de una falsedad a otra,
sin pudor,
de intrigar y resguardarse,
de camuflarse como reptiles
en los sótanos de la hipocresía,
de atacar como tigres
con la saña de la demagogia,
de desmembrar los ideales
con la zarpa de la inmoralidad,
de usar como arma la traición
y, sin temor ni ética, desenvainarla.
Es tiempo de muros invisibles,
de rejas de humo,
de andrajos -que no vendas-
en los párpados de la justicia,
de ruindad por dignidad,
de avidez por honradez,
de miserias abisales
y cinismos siderales…
Y, a pesar de ello,
es tiempo de Vivir.
Y de que los Hombres
extingan la vileza
de los Nombres
y enciendan la lumbre
de la equidad.
Imagen de la Red
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