Con el alma
al relente
y el corazón
conciliando
las jerarquías del
recelo.
Así vaga,
ondulante
cual balandro
alucinado,
en el porfiado mar
de los amores
nuevos.
Ella,
silueta de agua,
sexo de espuma.
Pleamar que anhela
inaugurar orillas.
Ella,
rebelión
hilvanada,
a un beso de
desatarse.
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