Sobre la blanca arena de las sábanas,
las medusas del insomnio rivalizan
con las crestas de la madrugada.
De sien a sien
un banco de peces alocados
ejecutan una danza entenebrada
entre algas negriverdes .
En su costado
una isla cárdena aletea
a media bruma
y un odre de sal naufraga
en el delta de sus ojos.
Se encabritan los bordes de la noche.
La luna alinea sus acentos
sobre la ventana.
El sueño en su cólera incendia
los párpados de desvarío.
Abrazado a las mareas irreales
es una ola quieta
la playa de su cuerpo.
Obra de Katya Gridneva
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