Es
la tarde y llueve.
El
silencio se postra ante la lluvia.
Nada
se escucha
excepto
el racheo de neumáticos
en
el asfalto, allá en la calle,
y
alguna gota locuela que topa
contra
los cristales.
Es
invierno y llueve.
Ni
pájaros
ni
vecinos
ni
ladridos
ni
músicas indescifrables
y
lejanas;
ni
sangre se oye.
El
silencio calla, y llueve.
Son
las cuatro, y la lluvia,
-
emperadora de mi letargo-
se
confunde con alguna lágrima
que
huye irreverente
desde
el brocal de mis ojos.
Es
la tarde
y
es febrero
y
es domingo
y
son las cinco…
Y
llueve...
©Trini Reina/Febrero de 2017
©Imagenes De TriniReina
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