1 de febrero de 2017

Tú y el viento

No eras Ulises ni remabas a Ítaca.
Al heroísmo no aspiraba tu odisea.
La labor se alió con el azar
y arribaste a la única isla
que te negaron los dioses.

En noches como esta
que el viento va desatando nudos,
sus silbos se combinan
e imitan aquel canto tuyo irrepetible.

Tú, llama altanera,
tú, sangre otrora irascible,
tú, náufrago que penas,
tú, varado tras ventanas
de ausentes visillos
(Ojos abiertos a la intemperie).

Tú, transitando crujías
habitadas de sudor y llanto,
de seres maniatados
a la infame lentitud del tiempo.

Tú, que eras viento… ¡qué serás ahora!
Albatros varado en liza hostil,
sin heridas, sin huidas, sin salidas…

Esta noche que el viento rola
desnudo y lujurioso,
sus silbidos trasminan mi ensueño
y sueño
que el mar abrió compuertas,
que las mareas sendas forjaron,
que ungieron las olas de urgencia tu regreso.

Pero sigues allí:
acuidad vulnerable,
lumbre quieta,
ilusas alas…derrota.

¡Ojalá te salvaguarde del desespero
 aquella y tuya cantilena
-que tanto extraño-
y nunca logré interpretar!
©Trini Reina/Febrero de 2017

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