11 de julio de 2017

Aires de julio

El ficus añora sombra,
amarillea en la siesta que lo inflama,
aromas de julio ardido,
tarde de estío encandilada.

La calle, ascua efervescente;
fiebre, el viento en las ramas;        
el jardincillo cruje y
revive memorias de agua.

Sobre la púrpura pizarra
un jilguero yace
-la muerte se sienta en sus alas-;
Las tejas, tacto prohibido
cuando la noche escapa.

Canícula que se engrandece,
la sed territorio reclama;
el polvo suspendido, bruma
que en el aire viaja;
el parterre se crece
al verdear de mi mirada.

Tarde de julio
por el sur aleonada;
y en mi piel…
las horas se derraman.
 ©Trini Reina/2009

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