De algodón dulce,
tu palabra.
Densa a oído
ajeno,
superflua y
pegajosa
para quien intuye
banalidades.
De algodón dulce
tu verbo,
y pomposo.
Sorda fui a
requiebros
insustanciales
y a tiempo huí del
almíbar
que manaba tu
adjetivo.
Ahora
aspiro, libo,
lamo,
trago silencio
y al pronombre me
abono.
Con pericia
sostengo la estrategia.
Yo, mí, me…
La soledad es
apacible
permisible y
benéfica.
Lejos camino
©Trini
Reina/junio 2017
Obra de Caitlin
Russell
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