abre
sus cancelas.
Tomo
la copa
y
bebo de este zumo demoniaco y lento
que
quema mi tráquea y mi orgullo.
Próvido
licor que propicia
y
dimensiona los delirios.
La
embriaguez me seduce y precipita la caída.
Soy
polichinela de plomo.
Cruza mi garganta, néctar arrebatado.
Agita
las entrañas y exilia neuronas
a
la provincia de la locura.
Soy espectro y sombra
de
la luz que fui.
Marioneta
sin hilos que yace
al
borde de un incendio irreverente.
Giro
y gira
el
caleidoscopio de mi vida.
La
ebriedad me devuelve los fantasmas
y los adioses retornan, y hacen presencia.
El
llanto estalla y un resto de razón, que amanece,
me
pregunta si las lágrimas son de dolor o inconsciencia.
El
sueño
cierra
las cancelas de la noche.
©Trini Reina/Octubre 2017
Obra de Fabián Pérez
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