se adelantan a las sombras
y regresan a sus nidos.
Acorta la noche
los filos de la tarde
y enciende el pueblo
sus faroles amarillos.
La cumbre del otoño
tienta las esquinas
y el frío rinde las calles.
La soledad desdobla las cortinas,
y distante es la lumbre
que ilumina los cristales.
En la levedad de mi cuello,
la bufanda curva su cauce.
Tiritando va por las orillas,
-imprimiendo tibieza a la prisa-
la pequeñez de mi paisaje.
La prisa por ampararme
de este noviembre voluble
que a horas se deshace.
©Trini Reina
Noviembre 2015
Pintura de Andy Beck
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