Vibrando viene Violeta,
ávido tornasol doliente.
la clarividencia de sus ojos,
solera de vino y muerte.
Virando divide su talle
de invictos inviernos.
La lluvia la aviva;
la violenta el viento.
Y los violines de la aurora,
atrevidos visajes de fuego,
incitan a Violeta a revivir
la victoria vívida del deseo.
Obra de Anna Razumovskaya
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