La flor del firmamento
exhibe su polen de estrellas.
Bajo ese torrencial de astros
-que de albor trasmina-,
a contra sombras de la jornada,
paseamos y nos nutrimos
de la noche esplendente
que el instante nos otorga.
Estrellas argentinas
y una brisa de fragancia ligera
acompañan nuestra travesía,
que se hace levedad y complemento,
y alivia los renglones del epílogo.
Clara de astros y luna
se presenta la madrugada.
Aires espirales se elevan y decrecen
ante la morosidad de nuestras huellas.
Y en la galana tersura de la intemperie,
una armonía blanca nos triunfa.
En los profundos azules del lienzo
-hacia el oeste-
una sombra fugitiva se desvanece.
©Trini Reina/julio 2016
Obra de Vicen van Gogh
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.