¡Quién sabe lo que hurga en mi alma!
Si estoy loca, es cosa íntima;
cada cual lidere su causa.
A quién han de importar
las lágrimas que no mostré,
los sueños destronados,
los desdenes que ignoré.
Rehuyendo falsas palabras,
del corazón exilié la ternura
y a silencios me rebelé
contra dolores y dulzuras.
Ante mi cuerpo erijo un muro
de indiferencia calculada.
Nada me hace daño,
apenas me conmueve nada:
soy una ojera sin ojo,
una gota sin agua.
Cada amanecer,
la máscara a enfundarme vuelvo.
Todos juzgarán la sonrisa,
nadie indagará en el duelo.©Trini Reina
octubre de 2005
Obra de Luis José Estremadoyro
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