5 de septiembre de 2016

Un rumor de violines...

Un rumor de violines
anega mis ojos de contra alegría.
Y, a borbotones,
se amanecen las letras de tu nombre.

Letras que descienden al sur de mi lengua
y vagan la noche de mi boca,
sin atreverse a rebasar con su ímpetu
la libertad de los labios.

Y esa cautela impuesta
clava su témpano en mis flancos
de distancia adoloridos.

Tu nombre:
alcoba y laberinto
ave-fuego y destello
génesis y epílogo
tregua y caos
porfía y precipicio…

Yo claudico.
Renuncia mi voz a tu nombre.
Hoy
claudico.

©Trini Reina
Septiembre 2016
Obra de Mark Keller 



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