Horas que se precipitan
en el calendario que transitamos.
Cada página…
un vértigo, un trance, una duda.
El tiempo quiebra
la premura del grito
y se tornan amarillas
las líneas de la piel
surcada de vigilias.
Horas
como lanzas que traspasan
el cuero leve de la utopía.
©Trini Reina/2010
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