Mi raíz es la palabra.
Se derrama y me desarma
y a tierra
me aferra.
Con febril premura
descubro y me desdoblo.
Con lentitud,
en ella me
cultivo.
La palabra es el jardín que habito.
Su bullir me pertenece.
Trenzada a su raíz,
enaltezco,
fluyo,
me redimo de agostos,
crepito,
enciendo…
Me vuelvo mayo.
La palabra me desarma y se derrama.
Tomares/marzo de
2017
Obra de Federico Zandomeneghi
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