I
Cuando estás solo.
Desde adentro solo.
Convocando almas
que incendien tu alma,
mas se niegan a asomarse
a tu guarida,
o a reclamar tu palabra
o a deshojar tu angustia.
Cuando estás solo.
Desde adentro solo.
Y nadie te cede
ni el humo de la esperanza
y miras al norte
y te aplastan los abismos
y bajas al sur los ojos
y se estrechan los atajos…
Entonces,
te vuelcas en ti mismo,
te ahondas,
te cavas,
te traspasas
y aceptas que no vendrán
de las afueras a indultarte
de esa soledad escandalosa
que te pesa y te pulsa y te pisa.
II
Y te obligas y caminas.
Caminas
aunque temas desviarte
hacia el infierno,
aunque el diablo hostigue
a mordiscos tus espaldas,
aunque en el próximo paso
te cerciores que, todavía,
al vacío perteneces,
y acabes tiritando
y desmembrado
y solo…
Solo.
Pero, a pesar de todo,
invicto.
©Trini Reina
Abril 2012
Obra de Christopher Thompson
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