24 de mayo de 2017

Versóleo XVIII

Dame la miel incendiada de tu beso,
posa la paz de tus dedos en mis sienes,
abre el arco ascua de tus brazos,
borra de mis ojos el exilio
y sé la quemadura de mis sombras.

Tú, que bebes la luz de mis misterios,
tú, que me arrancaste de la muerte,
dame el blasón de la ventura,
navega en la brisa de mi risa.
Y que los inviernos de mi piel,
del verano de la tuya se alimenten.
©Trini Reina/junio de 2014
Pintura de Jarek Puczel

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