Temprano
imitan las rosas
los matices del alba.
Regias y estáticas iluminan
el frío mapa de la mesa.
Van girando las sombras en la ventana
mientras las horas tergiversan figuras en el
paisaje.
El día es una sucesión de contraluces
que se afinan al devenir la noche
cuando, tarde,
las rosas sacrifican
su solemne lozanía.
©Trini
Reina/Septiembre
2011
obra de Jean-Édouard Vuillard
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