Cinco años parecen nada:
mil ochocientos veintiséis
días,
doscientas sesenta
semanas,
soles multiplicados,
lunas que menguan y
ensanchan,
campanas de risas,
cascabelillos de lágrimas,
ánforas de alegría
y, en un pomo,
alguna pena amarga.
Un lustro parece nada
cuando se tienen veinte
años
y la vida se divisa ancha.
Pero si sumas otoños,
como hojas mueren en las
ramas,
y la vida te añade
alguna circunstancia
extraña,
que sobre ti extiende
nubes de inciertas aguas,
si concluye la tormenta,
si los relámpagos se
apagan
y quedaron firmes en el
jardín
los jazmineros y las
dalias,
y sigue tu corazón amando,
y en tus ojos fulgura la
mirada,
si el alma danza en tu
seno
y la felicidad aureola tu
estampa,
a esos cinco años pasados,
en que la maldad campaba...
has de sumar fe y
primaveras,
minutos y horas y
esperanzas
sin olvidarte de vivir,
con la victoria enarbolada.
©Trini Reina
Escrito en Octubre de 2007 y reescrito en 2017
Pintura de Michael Gorban
Hoy es un día muy especial para mí. Se cumplen quince años 15 desde mi operación de cáncer de mama. Si reedito este texto que escribí en 2007 no es por gusto o por presumir. Es por dar esperanza a todas y todos los que padecen esta enfermedad o la padecerán (por desgracia). Dar fe de que se sobrevive, de que se puede, de que es nuestro deber el de hacer lo posible y lo imposible por vencerla. Ojalá en un futuro esta epidemia desaparezca. Ojalá que el hombre se alejara de conflictos y guerras y dedicara su esfuerzo bélico en luchar contra esta enfermedad y otras, aún peores. Sé que es una utopía, pero también era utopía hace unos años el sobrevivir quince años al cáncer y...
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