28 de julio de 2018

Amparos...


Del torbellino oscuro de los días
sólo me salva
la llama de un poema.

Un poema sustrae,
crudeza al delirio,
a él se aferra mi mente en su naufragio
y cada verso reivindica su respiro.
Es aura que almenas derrumba.
fuego para los anhelos suspendidos,
astro inexplorado que ante mí
desenmaraña sus anillos.

De él liba el alma cuarteada
agua dulce,
y a la vez martirio;
néctar en las aurículas
y en la sangre… alivio.
©Trini Reina/Septiembre 2009
Obra de Deborah  Dewit

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