En
ocasiones
llega
despeinada,
sin
pudor y grávida,
como
hembra satisfecha.
Y
me inclino
ante
su presencia arrebolada,
ante
el falso descuido
tras
el que ampararse intenta.
La
aurora es avalancha
que
me ciñe con tramas
de
bronce y violeta.
©Trini
Reina
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