Se acentúan negrores y saudades
cuando encara el vértice la madrugada.
No hay lucero que reverbere
hasta subyugar
la cerrazón que le puebla.
cuando encara el vértice la madrugada.
No hay lucero que reverbere
hasta subyugar
la cerrazón que le puebla.
El insomnio
trae reminiscencias
de aquella pasión derrochada.
Y las ofrendas de eternidad,
como rosas en invierno perecieron
bajo la nieve innoble del olvido.
trae reminiscencias
de aquella pasión derrochada.
Y las ofrendas de eternidad,
como rosas en invierno perecieron
bajo la nieve innoble del olvido.
©Trini Reina
24/02/2009
24/02/2009
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