7 de abril de 2009

Ingenuo corazón

No te engañes corazón, que no emanan de su boca para ti esos besos. Que no germinan de su pasión para ti esas caricias. Que tienen destino corazón, y ante ti, de largo pasan.

No te engañes corazón, por el brillo febril de su mirada, que su amor no busca de tus pupilas el reflejo. Que por ti, su deseo no prende llamas. Y las estrellas que portan sus manos, a tu cielo no van asignadas. Ni para tus latidos él desata sus latidos.

No te engañes corazón, que no se esbozaron para ti esas odas. Que no se fraguaron en su alma, para la tuya, esos te quiero. Que esos sones de ruiseñores no vienen a cantar ante tu puerta su serenata. Que son para otros sentidos corazón, y a ellos van ofrendados.

No te engañes corazón, no te desprendas de tu coraza, que de ondas de indolencia vienen sus actos salpicados, y si te ven desnudo y confiado, acabarás nuevamente de desengaño herido.

No te engañes corazón, sécate esas lágrimas, que no merecen el llanto los falsos ídolos. Enjúgate los ojos, alza el semblante, y bajo un sol naciente ampárate de la mala sombra, que la esperanza ante ti se arrodilla y entre sus brazos te acoge.

©Trini Reina.
10 de enero de 2006

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