17 de abril de 2009

Palabras y silencios

En ocasiones las palabras me golpean las sienes. Jauría de letras furiosas que unas a otras se muerden impaciente por encontrar la salida de ese túnel recóndito donde fueron engendradas y ahora luchan por ser paridas.

Hay días en que, desde mi corazón, las letras forman un reguero y atraviesan aurículas a los ventrículos hasta tomar el tren de la sangre, que las deja en los andenes de mi cerebro, para que éste, diligente, las repatríe desde la mente hasta los dedos que, a tientas, toman con fruición la pluma y concede libertad a la tinta que hierve y se desliza por la superficie nívea del papel, grabando candentes versos, pensamientos y sentencias, y algún que otro delirio que, al tomar coherencia, se torna vehemencia o sentimiento.

Y a veces se me duermen las palabras y no logro incitar las adecuadas para enunciar lo que me complace o padezco; lo que vivo o siento y esa desazón se me clava en el pecho como un ominoso estilete contaminado de silencio…
©Trini Reina
01/07/2007

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