La tarde
derrama grises en las
aceras.
Tienen matiz de olvido
las sombras que te rozan.
De algún rincón distante
surge
una voz que te estremece
y un deje fragante de
lilas llega
desde un noviembre lejano.
La lluvia
tiende espejos sobre el
asfalto.
Agua y dolor se confabulan
sobre tu alma contrariada.
Y en cada esquina
presientes
el retorno de lo
imposible.
Mientras,
imploras por un deseo,
que sabes concluido.
Bajo las luces del
semáforo
tus facciones muestran
su tristeza definitiva.
Cesa la lluvia
y, cerrando el paraguas
- y la memoria-,
te apartas de esta calle,
©Trini Reina/21 de noviembre 2012
Pintura de Emilia Wilk
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