de cal y polvo.
A
cuestas
llevas
la vida,
conllevas
la luz,
sobrellevas
la noche.
A
zarpazos
derribas
torres,
enfrías
veranos,
abrevias
lejanías…
Y,
a tu pesar,
la
ruta te vuelve piedra,
te
descubre agua,
te
trueca nadie.
Nadie.
Cal,
polvo, nada.
©Trini Reina
28 de noviembre 2011
Obra de Stephen Robert Koekkoek
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