9 de enero de 2017

Madrugadas

Tras los muros
se eterniza el jardín en su abandono.

Apagadas las luces del insomnio
recorres la senda anaranjada
que te retorna al vértigo.
El viento es la música de fondo
que te hostiga.
Una diadema de escarcha se precipita
sobre los nidos desmantelados.
En cada rama se astilla
el cadáver de la inocencia.
Más allá de la madrugada
el otoño de los siglos parece iluminarte.

Gotas de acero se suicidan en tus pupilas.
©Trini Reina/9 de enero 2012
Pintura de Isabel Navarro Verdú

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