¿Qué digo como tantas?
Fue una tarde sin arte.
De ésas que desgajan minutos por sistema,
y no trasminan la piel de nadie.
Fue una tarde
sin perfil ni columna.
Vacía de sustancia,
de líneas,
de empaque.
Un pasaje de la vida
que allegamos al olvido,
con sal y sin ambages.
No más aliento para esa afrenta
no más crédito,
no más luces,
no más sangre.
¡Venga la noche
y su caudal de sueño!
¡Venga la noche, venga!
Venga con la paz de sus llaves
No tienen aire mis reservas
para este ultraje.
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