3 de marzo de 2018

Lágrimas dulces


Al fin, arribó el amor, aquél codiciado amor; el de la rezagada espera…

Se extinguió la incertidumbre, el prolongado deshojar de margaritas; la cáustica duda.
La certeza, pañuelo en mano, se hizo visible, llorando lágrimas dulces.

El corazón encomia su victoria y estrena tembloroso repique. Y a lo largo y ancho del alma, se extiende, untuosa, una dulce melancolía…

Destemplados adioses recibe la soledad, ésa perseverante y leal compañera que, desde ahora, tendrá que inquirir paisajes ajenos donde erigir su nido…
©Trini Reina
21 de junio de 2006

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