Es
muy tarde,
casi
se fueron las estrellas
y
la noche tiene color de agua.
Caminamos sin saber
donde
nos allegará
este
divagar sin causa.
Retiemblan
los relojes en las torres
-¡qué
altas!-.
A
lo lejos,
en
el umbral de la calle larga,
están
regando el asfalto
dos
siluetas cansadas.
Sobre
nosotros desciende
una
red de hilos malvas.
No
quieren paz nuestros pasos
ni
requieren llegada,
ni
mayos,
ni
albas.
Sólo
dilatar el minuto
de
esta ventura inesperada.
©Trini Reina/Mayo 2011
Obra deMark Keller
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