3 de junio de 2018

Uno nunca sabe...

Uno nunca sabe
a qué latitud descenderá su agonía.
Ni qué aires exhalarán bajo sus grietas.

Uno nunca sabe
qué prisa se darán los alfileres
en sajar arterias,
ni cuántos cofres de sangre extraerán los malvados.

Uno nunca sabe
si la razón será honesta hasta el último segundo
o el delirio cavará la cuna entre las sienes para mecerse.

Uno nunca sabe
si el destino tendrá ganas de jugar a lo macabro ese día
o si habrá coqueteado con Miss ginebra,
y errará al clavarnos su estilete.

Uno nunca sabe
cuántas butacas ocuparán sus años,
cuál será el tanteador en el luminoso de su vida,
o si dominó todo el partido o sólo un cuarto.

Uno nunca sabe...
Así somos de afortunados.
©Trini Reina
Febrero 2010

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