18 de junio de 2025

Salmos

Imagen de AndrésC en Pixabay
Ser ungüento para tus heridas,
bálsamo para tu quebranto,
el elixir de tus desdichas,
y la risa que opaque tu llanto.

Llenarte la mirada de estrellas,
dibujarte el semblante con mis manos,
desfruncir el ceño de tu frente,
y ocupar con mis flores tus brazos.

Porque sólo ansío tu alegría,
ver sonreír a tus ojos pardos,
besar la mueca irónica
que a veces te amarga los labios.

Y junto a ti emprender el vuelo
hacía un mundo desbordado
por riadas de esperanzas
y avenidas de milagros.

No te sientas triste, mi niño,
mira que nada es para tanto.
Tras la tormenta llega la calma,
tras los silencios vendrán los salmos.

©Trini Reina/2005

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