5 de julio de 2025

Candelas

Obra de Elena Volovnik
Impulsiva se asió al ascua candente,
y el fuego no laceró su cuerpo.
Nada tenía el poder de herirla más
que el mordisco que la soledad taladró en su seno.

Así que se abrazó al rescoldo centelleante,
con él mitigó el severo helor del pecho, infinitamente más cruel
que todas las hogueras del infierno.

No ambicionó poseer un amor idílico,
eso hubiese sido una utopía,
pero se fundió con el ardor que aquellos besos prometían.
Calentó el gélido hueco de las manos,
los ojos como estrellas refulgían,
en el vientre la candela suturó antiquísimas desdichas.

Anegó la mente de olvidos,
se amparó en los brazos que le ofrecían
por una noche, en esas brasas se quemaría.

Sólo esta madrugada colmada de deseos furtivos.
Ya retornaría el yerto invierno,
cuando la aurora despertara al frío.

©Trini Reina
10 noviembre 2004

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