18 de abril de 2009

La vida desde fuera

Imagen de la red

Veía la vida desde fuera, apostado en un balcón de nubes, contemplando las intrascendencias que al ser humano, allá abajo, angustiaba.

Algunos, presuntuosos, cegados al presente, mientras ambicionan visiones irrisorias de futuro. Y otros anclados en un rancio pasado, intentando reproducirlo una y otra vez en el ahora, negando la evidencia de lo inútil del afán; porque sólo es real el período que vivimos.

Y, desde ese alcor de nimbos, hay veces que se sonríe ante tanta banalidad infecunda, ante esa absurda discordia, y otras, llora, oscilando con incredulidad la cabeza, al observar tal desperdicio de ideas, de energía vital, de amor, con y sin fuego, de tiempo inadecuadamente invertido. Mientras obvian la esencia, la razón del existir, la médula de la vida; ensimismados en fútiles menesteres.

Y se suceden los años. Caen como hojas de otoño las páginas del calendario, arrastrando tras ellas las cenizas de los días sin usar, o, peor aún, de los días mal usados. Y, desde ése balcón de nubes, se desprende una fina llovizna, a manera de desesperanzadas lágrimas.

©Trini Reina
24 de septiembre de 2006

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